En el marco de Forecasting Healthy Futures Global Summit 2025, que se celebró del 8 al 10 de abril, se llevó a cabo la sesión “Cómo medir el éxito: armonización de indicadores de clima y salud”. El evento congregó a líderes internacionales del ámbito científico, de la salud pública, y financiadores para reflexionar sobre la importancia de desarrollar y utilizar indicadores armonizados que permitan monitorear los impactos del cambio climático en la salud y evaluar la efectividad de las respuestas implementadas.
El panel fue moderado por Anna Stewart Ibarra, Directora Ejecutiva del Instituto Interamericano para la Investigación del Cambio Global (IAI). Además, participaron como panelistas Diarmid Campbell-Lendrum, jefe de la unidad de cambio climático y salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS); Stella Hartinger, profesora asociada e investigadora de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, directora del Centro Latinoamericano de Investigación en Cambio Climático y Salud (CLIMA), y directora del Lancet Countdown para América Latina; Sheetal Lookhar, jefa global de salud y nutrición en Save the Children International; y Andrea Ferreira, investigadora senior del CIDACS, centro de investigación de Fiocruz en Brasil especializado en la integración de grandes volúmenes de datos de salud y sociales.
Durante el intercambio, las y los participantes coincidieron en varios puntos clave para avanzar hacia sistemas más eficaces y justos de monitoreo e intervención. También destacaron varios elementos centrales para avanzar hacia políticas eficaces, basadas en evidencia y centradas en la equidad:
Los panelistas enfatizaron la creciente necesidad de estudios de atribución que permitan establecer con evidencia científica el vínculo entre eventos climáticos extremos —como olas de calor— y consecuencias específicas para la salud, tales como el aumento de la mortalidad o de enfermedades cardiovasculares. Este tipo de estudios requiere sistemas de vigilancia sólidos e integrados, capaces de recopilar y analizar datos en tiempo real. Su importancia es aún mayor en el contexto de los mecanismos internacionales de pérdidas y daños (loss and damage), establecidos en las negociaciones climáticas recientes. Para que los países puedan acceder a fondos de compensación, deben contar con evidencia clara y cuantificable del impacto del cambio climático sobre sus poblaciones.
Sin embargo, los panelistas advirtieron que justamente las regiones más vulnerables y afectadas por estos impactos tienden a tener los sistemas de vigilancia más frágiles, lo cual representa un serio obstáculo para acceder a dichos recursos y visibilizar adecuadamente los daños sufridos. Así mismo, cuestionaron si realmente se está recopilando la información adecuada para generar los indicadores que se necesitan hoy en día, y si los sistemas actuales permiten capturar la complejidad de los impactos del cambio climático sobre la salud.
Este diálogo reafirma la necesidad de consolidar la cooperación internacional, fortalecer las capacidades nacionales de vigilancia e investigación, y promover el diálogo entre ciencia, políticas públicas y sociedad civil. La construcción de sistemas resilientes y basados en evidencia es una condición indispensable para proteger la salud de las poblaciones frente a un clima cada vez más cambiante.
Conozca más sobre el evento en: https://www.forecastinghealthyfuturessummit.org/