Presentación del IAI al OSACT-42: Opiniones sobre la provisión de información acerca de las lecciones aprendidas y buenas prácticas para el desarrollo de conocimientos e investigación, particularmente en países en desarrollo

19 de marzo de 2015

En respuesta a la invitación del OSACT a presentar lecciones aprendidas y buenas prácticas para el desarrollo de conocimientos e investigación, especialmente en países en desarrollo y tomando en cuenta la información que ha presentado en los diálogos en investigación anteriores, el Instituto Interamericano para la Investigación del Cambio Global (IAI) presenta en este documento algunos ejemplos desde el punto de vista institucional y las conclusiones de algunos de sus investigadores.

Las redes de investigación cooperativa del IAI están conformadas por investigadores e instituciones de cuatro o más países de las Américas. Como parte de estos proyectos multinacionales, interdisciplinarios e interconectados, el IAI ofrece becas de investigación o capacitación a estudiantes y profesionales de numerosos países de las Américas. Solo en 2014, 334 estudiantes participaron en los 26 proyectos en curso, de los cuales 152 recibieron becas y 395 estudiantes participaron en actividades de capacitación y talleres financiados por esos proyectos.

Las actividades de desarrollo de capacidades que promueven las redes de investigación del IAI están abiertas a estudiantes universitarios de grado y postgrado. Los que reciben becas de los proyectos también se ven beneficiados al entrar en contacto con ambientes científicos transdisciplinarios y de las posibilidades de vincular sus estudios de grado con actividades de investigación en curso a través de trabajos de campo y en laboratorio en otros países, y del intercambio de datos y conocimientos científicos con otros investigadores de las redes del IAI.

Los investigadores jóvenes también tienen la oportunidad de desarrollar y dirigir pequeños proyectos financiados por el IAI, lo que les permite un aprendizaje práctico de coordinación del trabajo en equipos inter o transdisciplinarios. Los investigadores sobresalientes tienen luego la posibilidad de presentar sus proyectos y conclusiones en reuniones internacionales. Estos investigadores hallaron gratificantes estas experiencias, que han contribuido a promover la interdisciplinariedad en la nueva generación de investigadores.

A continuación presentamos algunas de las lecciones aprendidas y de las buenas prácticas para la generación de conocimientos y desarrollo de capacidades que informaron investigadores del IAI que han participado en Diálogos en Investigación de la CMNUCC:

El investigador argentino Alberto Piola ha organizado y coorganizado cursos a los que asistieron estudiantes de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Estados Unidos, Perú, Uruguay y Venezuela. La participación de estudiantes de diversas regiones no sólo transfiere los conocimientos y herramientas específicos que se necesitan para abordar problemas relacionados con el cambio climático, sino que además genera vínculos entre los estudiantes que de otro modo tendrían pocas posibilidades de participar en trabajos de investigación internacional. El desarrollo de tales vínculos en etapas tempranas de sus carreras generan confianza mutua y abren oportunidades para la cooperación en el futuro y promueven una investigación productiva en la región.

Piola reconoce que el desarrollo de capacidades debe tomar en cuenta que la distribución de recursos humanos no es uniforme y que las actividades deben tender a mejorar las capacidades de las regiones menos desarrolladas:

Mis más de veinte años de investigación y enseñanza de ciencias marinas en América del Sur indican que algunos países de la región están continuamente creando generaciones de científicos jóvenes altamente calificados, tanto en las ciencias humanas como naturales. Por el contrario, la capacidad de entrenamiento en otros países es limitada. Suele asociarse la disparidad en la capacidad de formar científicos calificados con escenarios económicos muy diferentes… los potenciales estudiantes de regiones menos avanzadas encuentran muy difícil competir for fondos para participar en actividades internacionales o regionales de desarrollo de capacidades. El problema también se manifiesta en unas capacidades muy dispares para competir por financiamiento para la investigación, lo que a su vez continúa frenando el desarrollo de recursos humanos capaces. El nivelar esta heterogeneidad es un desafío fundamental que requiere acciones específicas.”

Los investigadores mencionaron que el ambiente cooperativo que genera el IAI ha estimulado la proactividad de los estudianes que proponen actividades, buscan nuevos fondos, establecen nuevas actividades de cooperación en el contexto de los proyectos en los que participan. Las becas del IAI también permitieron que los estudiantes pasaran parte de su período de capacitación en distintos países, lo que los transformó en verdaderos puentes entre instituciones y culturas académicas.

La relación del investigador argentino Esteban Jobbagy con el IAI comenzó cuando era estudiante y lo llevó a su actual red de investigación de Argentina, Estados Unidos, Paraguay y Uruguay. Jobbagy observó que las becas del IAI constituyen oportunidades iniciales que cubre los vacíos de los subsidios nacionales:

Los estudiantes introducen más cambios en la cultura de hacer ciencia en América latina que los investigadores líderes. La flexibilidad de los sistemas de financiamiento como el IAI dan lugar a que los estudiantes piensen en formas más revolucionarias la ciencia que desarrollan. El IAI, con su política de intercambio libre y abierto de datos, promueve la generación de bases cooperativas de datos; además es crítico para el Instituto impulsar la comunicación de la ciencia en español y a un público más amplio. Con el tiempo, esta forma de trabajo se convierte en una práctica habitual y los estudiantes desean preservarla y cuestionan la forma tradicional de hacer ciencia. Entre los estudiantes de mi proyecto se nota un importante cambio en lo que consideran “buena” ciencia y este concepto está filtrándose a la comunidad más amplia de investigadores ambientales”.

La experiencia del investigador costarricense Arturo Sanchez-Azofeifa con los proyectos del IAI y la participación en el proceso de la CMNUCC le ayudron a confirmar su convicción de que la transferencia de conocimiento científico al ámbito de la toma de decisiones es probablemente uno de los aspectos más desafiantes para los científicos interesados en contribuir a la toma de decisiones:

Los artículos científicos tendrán a lo sumo un impacto mínimo en la comunidad de tomadores de decisiones, a menos que se emprenda el esfuerzo paralelo de convertir los conocimientos revisados por pares en productos tangibles que puedan integrarse en políticas locales, regionales o nacionales. Creo que cualquier iniciativa de desarrollo de capacidades en investigación debe ser un proceso que se desarrolla en dos frentes: científico per se y traslacional por naturaleza. El proceso científico debe ser riguroso; poner énfasis en la construcción de bases sólidas para la investigación y evitar el plagio, que socava la investigación científica. El proceso traslativo debe ir en paralelo con el desarrollo de capacidades en investigación y hacerse mediante la integración al proceso de desarrollo de capacidades de personas específicamente capacitadas para trasladar los conocimientos científicos al dominio público. En mi opinión muchos procesos asociados con el desarrollo de capacidades fallan debido a la falta de este tipo de grupos interdisciplinarios.”

Los proyectos del investigador canadiense Brian Luckman han capacitado a más de 1.000 estudiantes mediante becas, salarios o cubriendo los gastos de sus trabajos de campo o en laboratorio o su participación en cursos especializados. Hicieron un aporte significativo a la investigación del ciclo hidrológico y el cambio climático. Sus estudios incluyeron la investigación del clima y sus impactos en las actividades humanas; dendroarqueología en el Altiplano sudamericano; la relación entre las anomalías climáticas y las epidemias en América del Sur y México; la influencia del clima en la dinámica forestal; investigación dendrocronológica de las erupciones volcánicas, flujo de debris, avalanchas de nieve y otros peligros de los Andes patagónicos, incluyendo el modelado de un rompimiento morrénico y de la inundación por desborde del lago glaciario; el desarrollo de técnicas liquenométricas para datar fluctuaciones glaciarias; la datación y conservación de árboles antiguos y estudios de la influencia de los cambios e el uso del suelo sobre la erosión, la sedimentación y las condiciones físicas de especies ribereñas en México. Sus proyectos, al igual que otros proyectos del IAI, también generaron oportunidades de cooperación entre científicos canadienses y estadounidenses con científicos latinoamericanos y de hacer importantes aportes a la investigación y la capacitación.

Luckman observó que:
Los subsidios nacionales generalmente no pueden usarse para financiar la cooperación internacional, por lo que se necesitan más subsidios transnacionales e interdisciplinarios como los del IAI. El financiamiento del IAI ha tenido un impacto significativo en el desarrollo de capacidades y la capacitación de estudiantes de todos los niveles, lo que constituyó un respaldo al proyecto y el fortalecimiento de la capacidad de los investigadores de obtener fondos de otras agencias para desarrollar partes fundamentales del programa de investigación.”

En el marco de los proyectos del IAI se ha brindado capacitación y conocimientos a actores sociales locales, mediante publicaciones breves que resumen los informes científicos. El investigador guatemalteco Edwin Castellanos trabajó estrechamente con productores de Guatemala, México, Honduras y Costa Rica para estudiar cómo afectaron a los caficultores los impactos del cambio climático en el ambiente. Los conocimientos adquiridos permitieron a los investigadores complementar su investigación social con estudios biofísicos para lograr una mejor idea de la magnitud de los cambios climáticos y ecosistémicos que están teniendo lugar y de lo que los productores podrían tener que enfrentar en el futuro. Los investigadores deben saber cómo comunicarse con el público no científico.

Castellanos notó que:
Los investigadores del proyecto debieron abordar los interrogantes con la mente muy abierta, prestos a “volver al aula” para aprender los fundamentos de otras disciplinas y estar preparados para comunicar sus conclusiones a una audiencia no científica. En general, para los científicos de países en desarrollo resulta central participar en un proyecto de largo plazo con investigadores de países desarrollados, como forma de mejorar nuestra capacitación en habilidades científicas generales y en particular en la elaboración de publicaciones científicas”.

Vea aquí las presentaciones de los observadores